lunes, 28 de marzo de 2022

PINK FLOYD “THE DIVISION BELL”:

PINK FLOYD “THE DIVISION BELL”:

 

Un 28 de marzo de 1994 el sello “EMI Records” de UK  publicó el álbum “The Division Bell” del grupo progresivo “Pink Floyd” y que recién el 4 de abril lo hace “Columbia Records” para USA y vendría a ser el  decimocuarto disco en estudio y el segundo de la era Gilmour de Pink Floyd, ya sin la participación del egocéntrico de Roger Waters y el disco llegó a ser número uno tanto en UK  como en USA  y diversos países.

 

Este álbum  que salió como disco compacto en la fecha de su distribución, (más adelante saldría en vinilo) fue un punto de quiebre para el grupo ya que volvieron a la temática conceptual, dejaron de lado la prohibición legal que pesaba sobre Wright y vuelve a aparecer en los créditos como miembro del ahora trío y Gilmour tiene un nuevo socio en la composición, la en ese entonces novia, la escritora Polly Samson quien es la letrista de este disco que trata sobre un tema recurrente que es la comunicación entre los seres humanos, sus relaciones o conflictos derivados de esta  y que indirectamente se refiere a los conflictos legales con el ex miembro Waters que no pudo detener su publicación como obra de Pink Floyd  y mejor pues es el mejor de la  era Gilmour.

 

El disco se empezó a grabar desde enero de 1993 bajo la producción de Gilmour y Bob Ezrin en los estudios  Britannia Row de Londres donde se reunió el trío Gilmour, Wright y Mason donde ensayan  algunas maquetas con el acompañamiento del bajista Guy Pratt que tenía mejor técnica que Waters, luego otros temas se graban la casa flotante de Gilmour en Astoria que tenía un estudio de grabación, los estudios Abbey Road, Metropolis Studios  y The Creek Recording Studios culminando las mezclas en setiembre de 1993.

 

Debido a lo cuidado de su producción  se utilizaron una buena cantidad de músicos para los diversos temas además de algunos arreglos orquestales para un disco que llegó hasta el puesto número uno en UK  y que  tuvo pluralidad de opiniones cuando sale a las ventas, unas favorables, los Waterlovers le dan duro, pero la gira de respaldo de 1995 revalora esta obra que ganó un Grammy por uno de los temas instrumentales que es inmensamente superior a ese bodrio soporífero llamado The Final Cut que no merecía ser el testamento de la banda.

 

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